Saturday, July 30, 2011

INSONDABLE


INSONDABLE
Reflejo de arboles desde un charco en lluvia
Foto: Juan M. Trujillo




Y si el poeta
fuese sólo como una piedra
brincando sobre las aguas.
Que alguien lanzó de modo que la piedra
no se hundiera enseguida.
Brigitte Schwaiger
¿Hasta donde, no puedes llegar, si
hasta has hecho piel de mi carácter?
Si hemos materializado los sueños, ¿que mas
lejos transgredir?, pensar en la profundidad
de mi dolor.
No rebusques más en este abismo
donde las huellas de tu tacto son eco;
profundidad emaciada en charcos eventuales
que han querido reflejar, lo que espejos
mudos conservan proyectando la realidad:
paredes, muebles, la eventualidad del
afán de los hombres.
Diste a mi bautismo abismos de agua,
pero olvidas que soy tu periferia,
menos profunda de lo que has querido 
imprimir en las manchas que se han
vuelto sombras, lapidación en las paredes
como los pájaros que se han lanzado sobre
la ventana, y yo: abismo de agua, insondable, 
del grosor del cristal, más la mancha
que dejan los bordes de la muerte.
Salpicadura translucida como fruta que ha podrido
humores en viscosidad de olfatos
firmamento con faneras de estrellas;
rútilo  juego del azar...
Ve a la edad del tiempo y siembra un rosal que solo
de pétalos de espinas.
Erinia, cava mi fosa de lo que supones:
profundidad para esta venganza.
Somos superficie liviana
igual que el temperamento,
la resistencia del clima;
¿en que flote de ahogados quieres
definir mi oquedad?, ¿en la niebla fina que
traspasa mi vértigo?,
¿en arenas de las que tu crees que absorben
el movimiento perpetuo?, o ¿el mar;
solo por no encontrar fondo en mi paciencia?
pero si tan solo entendieras que mi socavón va
tan superficial como los intentos del roce,
como cuando  mi voz es la transformación de la sombra
sobre el lago que muta en pico , en onda que extrae
un pez, y se expande en su brillo fuera del agua,
sin profundidad, así el entorno sea vacío,
solo porque el sol encuentra esa excusa de brillar
en sus escamas...
Cree esto bien,
el astro no prefiere a los bardos
por efímeros...
Tal vez por eso crees en mi hondura,
como una forma de que permanezca acá con los
hombres, más tiempo del que sabes,
nunca hallaré;
nunca dará el tiempo esa posibilidad a los que
atentamos contra su curso en queja de palabras.

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