Monday, November 14, 2011

EL INVISIBLE




Foto Juan M. Trujillo


Envidié esa certeza con la que
todos escogían el quehacer para el porvenir:
Médicos, Filólogos, Estafadores...
Mientras yo, ufanado en el tiempo
pernoctaba con los sueños, hacia
de mi indiferencia, la señal que nadie
advirtió: que el camino no me detendría,
que llegó exasperado a que traicionara
mi pasado y lo perpetuara en los odios
a que no pidiera mas suerte que un 
mendigo fabricado, mutilado
en varias partes de su ensueño.
Hoy, todavía no se, pero ese pordiosero
lleva mas verdad que mugre yo en mis versos
¿y el oficio perfecto?; este también
consistía en mutilarme, para recoger
la peonza del mundo, describir
la sucesión...
a ese perro ladrando en la mudanza,
a esos moscos atrapados por cinta amarillenta
en los techos, los testigos de un Cristo mutilado,
Prometeos de hígados picados por las balas...
Después de la enumeración,
de ir por el mundo con el reloj de lo impar
vuelvo a casa, o por lo menos
donde la puerta cerrada, ha enmarcado
el sitio que también, como mi recorrido
está deshabitado por el tiempo,
miro escéptico una vez mas la entrada
de la que no tengo llaves que excusen
mi actitud;
un alud de cansancio se conjuga con la luz.
Podria llamar a la puerta,
culminar en la esquina que mezcla las calles,
pasar a ese anden que recuerdo sostuvo,
alguno coaguló de violencia,
no es tarde, pero todo decae, 
tampoco tiene la superficie lustrosa del que 
por lo menos pretende comenzar...
Nadie de los que pasa, viene y pregunta
por esta relación creada entre el dintel y yo
los pasos han sido indiferentes, mas que por 
curiosidad, por no agregar la mirada al mendicante,
al invisible, a esta hipocondriaca verdad:
Hijo: Te fuiste una primavera, entre los muertos de tu
tierra, entre los sueños de la enemistad consigo mismo, entre el deseo
de no reconocer el rostro de nadie a tu regreso
y pasearte por las columnas del edificio ya antiguo
de que el tiempo sembrara mas al cementerio, de dar solución
a tus versos...
No:
eso no es cierto,
Los poetas no existen,
son niños extraviados en nuestras sombras
corriendo por las paredes,
ensuciando de letras la intimidad.