Para Lima M.
Pierdo el recuerdo de las palabras, incluso de su nombre que pronuncié como un monomaníaco. Olvidé qué aspecto tenía, qué sensación producía, cómo olía, mientras penetraba cada vez más profundamente en la noche de la caverna insondable. La seguía hasta el agujero más profundo de su ser, hasta el osario de su alma, hasta el aliento que todavía no había expirado de sus labios. Busqué incansablemente a aquella cuyo nombre no estaba escrito en ninguna parte, penetré hasta el altar mismo y no encontré nada.
Henry Miller
Te he alcanzado,
Bajo esa comisura
que aparatosamente rie
en un abismo,
donde el vacío de la caída es dédalo
en los muros de la gravedad.
Así pueda volverse témpano
o dibujar todo el horizonte al termino
de la risa; ya ésta
es arrebol desenfrenado,
violencia en las manos de la escarcha.
Ese lugar es también el rincón secreto
del final de cada palabra,
un límite de exactitud;
de ahí brota la humedad,
mientras el vaho es el sobresalto
de una palpitación.
Los sueños también bordean esa superficie
y la textura del aliento
es una vicisitud en alta mar,
es gota que deja la tormenta en el columpió
de las hojas. No posee habilidad
para medir el tiempo algo que esta lleno
de gritos, aturdido por tu vientre
de madre, agotado en volutas paradójicas.
Aparato de tu voz…
Podria imitar la morada de tus sonidos pero…
¿Que tendría que decir para alcanzarte?
¿Cual seria la ruta que responde a tu presencia
en los retruécanos del no?
¿Cuanto tiempo puede esperar la suerte?…
No es posible usar cualquier sentido y no sucumbir
al deseo. ¿Quien detiene esta conflagración?…
Siempre existe una pregunta para la ausencia,
siempre un imposible perdurando
siempre la geometría dactilar de tu beso;
que hoy es núcleo absurdo de mi apuesta.
La charla es proxeneta de ese movimento
que excede este ímpetu secreto
yo tengo guardado el derroche de tu silencio
en cada beso urgente, sucesivo…
Tu silencio es eso
tu silencio está de cara a cara
con mi extravio.
No comments:
Post a Comment